La inversión emocional estudia cómo nuestras emociones y sesgos psicológicos influyen en las decisiones financieras. Es crucial porque el 80% de los errores de inversión tienen origen emocional, no técnico. Entender y controlar estas emociones marca la diferencia entre el éxito y el fracaso financiero.

No es necesario. Nuestro método está diseñado tanto para principiantes como para inversores experimentados. De hecho, muchas veces es más fácil enseñar buenos hábitos desde cero que corregir malos patrones ya establecidos. Lo importante es la disposición para aprender y cambiar.

Recomendamos entre 30-60 minutos diarios para el estudio teórico y práctica de ejercicios. La constancia es más importante que la intensidad. Muchos estudiantes prefieren sesiones cortas pero regulares que mantienen el progreso sin generar estrés adicional.

Sí, cada estudiante recibe mentoría personalizada según su perfil emocional y objetivos específicos. Realizamos evaluaciones periódicas del progreso y ajustamos la estrategia según sea necesario. El apoyo continuo es clave para el éxito a largo plazo.